

En el mundo actual de las prisas y el individualismo, quizás una de las cosas que más me preocupa sea la falta de empatía que tenemos los unos con los otros.
Aunque estoy segura de que, si nos paramos a pensar, la gran mayoría de los seres humanos sí que tomaríamos el tiempo y la molestia de ayudar a los otros que necesitan ayuda y comprensión.
Sé, por experiencia propia, que muchas veces nos olvidamos de los otros y nos centramos demasiado en nuestras cosas en lugar de darles la atención que necesitan a las personas con las que interactuamos todos los días. Y esto en un contexto donde la interacción ocurre entre unas personas vulnerables y los profesionales que las tratan, como se trata del servicio sanitario, nos lleva a tener cierta responsabilidad a la hora de comunicarnos y de cuidar la comunicación con los pacientes.
No es la primera vez que hablo de la empatía con el paciente, de los elementos culturales que pueden obstaculizar la comunicación con ellos y de las expresiones que usarían frente a esa jerga médica que tanto afecta el grado de (in)comprensión de los pacientes. Y hoy quería despedirme antes de las vacaciones de verano con esta entrada recopilando los distintos artículos que he escrito sobre este tema.
Las primeras entradas de este blog que voy a mencionar tienen mucho que ver con cómo mostrarle al paciente que empatizamos con él/ella, no sólo por tomar el tiempo de saludarlo y presentarnos, sino también por medio de evitar tecnicismos innecesarios y de usar expresiones para darle un toque personal a nuestra comunicación con ellos, como las que menciono en esta entrada.
Más allá de esto, podemos hablar del consentimiento, tanto oral como escrito, y el peso que puede tener en nuestra interacción en este ámbito, y de cómo mejorar la colaboración con algunas muletillas que ayudan a suavizar la comunicación. Ambos temas los trato en esta entrada sobre el consentimiento, y esta sobre cómo suavizar el mensaje.
Y si nos encontramos en una situación más compleja, porque a un paciente hay que hacerle un procedimiento más desagradable, podemos recurrir a esta entrada sobre cómo tranquilizarle ante esta situación, teniendo en cuenta su vulnerabilidad e incomodidad.
O quizás nos toca darle malas noticias a un paciente o a un familiar, por lo que habría que recurrir a ciertas expresiones como las que os presenté en una tabla en esta entrada, o estos eufemismos de los que os hablé en esta entrada sobre cómo expresar el fallecimiento de un paciente.
Y para terminar, incluyo algunas referencias a otras entradas que he escrito sobre los eufemismos que podría usar tu paciente de habla inglesa, ya que son expresiones que se suelen usar para evitar hacer referencias directas a los temas más tabúes o incómodos en algunas culturas, y que por lo tanto afectan mucho a la manera en la que nos comunicamos.
En las culturas británica y estadounidense, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con el cuerpo, sus funciones y partes más íntimas es tabú, y en esta entrada os doy unos ejemplos de las expresiones que usamos para referirnos a ello.
En esta otra entrada os hablo de las expresiones que usamos para hablar del acto de orinar, y en esta de algunas expresiones para hablar del hábito intestinal.
Para terminar, incluyo dos entradas que tratan la importancia de adaptar el lenguaje y evitar la jerga médica que bloquea la comprensión del paciente, en el contexto de la analítica de la sangre. La primera la podéis ver aquí, y la segunda aquí.
Os deseo un ¡muy feliz verano! Seguiré contándoos sobre el inglés médico y la comunicación con el paciente a la vuelta.