

Te escribo para contarte que habemus nuevo número de La Linterna del Traductor.
Viene, como siempre, cargadita de artículos interesantes y en concreto hay dos dedicados a la jurídica, nuestro tema.
Las casualidades de la vida: un artículo es el mío y el otro es de Javier Pérez-Manglano, a quien conocí hace bastantes años en unas jornadas en la Universidad Jaume I.
Ambos fuimos como ponentes invitados por mi querida Anabel Borja Albi. Fueron unas jornadas inolvidables.
Y lo que son las cosas, justo hace un par de semanas que yo le contacté a él para proponerle una entrevista para el blog (aún por concretar).
Y hace un par de meses Anabel me contactó a mí para otra colaboración juntas.
Me encanta que sigamos conectados. La admiración mutua es el principal lazo.
Mi artículo en concreto te hará pensar. Ya sabes que me gusta que tú te pongas manos a la obra y provocar con ello el aprendizaje real.
Porque creo que es importante aprender haciendo. Y aprender divirtiéndote.
Para abrir boca, te copio lel primer párrafo:
En mis más de 20 años formando a traductores e intérpretes de cualquier combinación de idiomas que incluya el español, me encuentro con errores y confusiones recurrentes y perpetuados, normalmente producto de una falta de conocimiento siquiera básico de los fundamentos del Derecho español y de su terminología. La confusión entre los términos de la jurisdicción civil y penal es el perfecto ejemplo de ello. El objetivo de este artículo es generar consciencia de la importancia y de lo útil de formarse en este lenguaje antes de lanzarse a traducirlo.
Abajo te enlazo el número completo y también mi artículo por separado.
Confío en que te guste, te rete y te aporte.
Ha sido todo un honor colaborar con La Linterna, estoy super agradecida por esta invitación a escribir.
Ya me contarás si te ha servido.
¡Feliz semana!