

En el pasado post analicé las razones por las que, a pesar de llevar «estudiando» inglés desde la infancia o adolescencia, aún tienes dificultades para pasar a la acción y, cuando ocasionalmente necesitas hablar (sea con un posible cliente, cuando en la calle un extranjero te pregunta por la dirección del Teatro Romano o cuando viajas), sientes que no pasas de chapurrear unas palabras en una oración gramaticalmente incorrecta y con una pronunciación tipo «inglés de los Montes» (como decimos popularmente en Málaga).
Te voy a dar mi receta personal para mejorar tu nivel de competencia en inglés en un plazo razonable, si bien todo depende de ti y del tiempo que inviertas o puedas invertir. Atento:
- Ponte un objetivo. Y concreto. Por ejemplo, si eres abogado: presentarte al TOLES (Test of Legal English Skills) en julio de 2016. Si eres médico o enfermera: mejorar tu inglés sanitario. O sacarte el First Certificate para julio de 2017. El fijarte una meta muy concreta es el elemento motivador que mejor funciona. Si además lo que te propones es un objetivo de examen, la probabilidad de que asumas el reto con compromiso y de que por tanto, mejores, se multiplica.
- Organízate. Una vez marcada tu meta, has de organizarte. Tanto si te apuntas a clase como si optas por el auto-estudio, o por una mezcla de ambos, reserva tu hueco en la agenda. Tienes un plan, y vas a por él, ¡que se note!
- Aprende fundamentalmente vocabulario. En España, las clases de inglés se han centrado casi siempre en gramática. Pero el vocabulario te hará llegar mucho más lejos. La gramática es esencial, claro que sí, pero si luego te faltan las palabras, ¿cómo lo resuelves? Además profesionalmente, necesitarás manejar tu jerga específica. En mis clases de inglés jurídico, el foco está precisamente en el vocabulario especializado jurídico. Y en los cursos y talleres de inglés médico de Jenny Salmon, en el vocabulario sanitario. Incrementa tu terminología y verás la transformación en tu nivel.
- Tómate las clases en serio. Lleva un cuaderno, nada de folios sueltos. Tener tu material ordenado es el primer paso y signo inequívoco de tu compromiso. Fíjate en la pronunciación de las palabras y toma nota. Pon atención a preposiciones y collocations. Repasa antes de la siguiente clase.
- Exponte a la lengua y toma un rol activo. Busca ocasiones para que tu conocimiento pasivo se transforme en activo. En Málaga, por ejemplo, no te faltan oportunidades para poder hablar en inglés con extranjeros y hay múltiples clubes de conversación. Puedes también buscar un tándem, no es nada difícil. O entrar a formar parte del Toastmasters Club de Málaga, un grupo muy dinámico que practica hacer presentaciones en público, en inglés y en español. Y por supuesto: lee. Leer te dará la oportunidad de afianzar tu conocimiento y aprender sin darte cuenta disfrutando de un buen relato. Yo ahora mismo estoy leyendo Essentialism, un libro de auto-organización que me permite trabajar competencias profesionales y a la vez mejorar mi inglés mientras disfruto de la lectura.
Créeme, no hay recetas mágicas. Pero magia es lo que se produce cuando te propones en serio y de una vez por todas, aprender inglés de verdad.
Good luck!
Lola Gamboa
2 comentarios. Dejar nuevo
Hola Lola, ¡tu consejo de estudiar vocabulario me ha parecido genial!
Yo soy de las que periódicamente retoma el inglés y no avanzo porque siempre vuelvo a empezar por la misma gramática.
Así que me animo a empezar esta vez como aconsejas.
También decirte que acabo de entrar en un club Toastmaster de Barcelona y por eso quiero volver a actualizarme con el inglés. ¡También lo recomiendo!
¡Gracias Montserrat! No hay nada como fijarse objetivos y cambiar metodologías que no nos funcionan. Te deseo mucho éxito 🙂