

Este es un tema crucial, un temazo.
Porque la verdad es que ponerle tú mismo precio a tu curso, taller o programa online es todo un ejercicio personal, ya que en definitiva estás decidiendo el valor de tu trabajo y esto no es fácil. Como no lo es hablar bien de uno mismo, algo que siempre va acompañado de un «está mal que yo lo diga, pero…».
Además, siempre están esas dudas de si tus alumnos van a estar dispuestos a pagarte lo que tú pides, ese miedo a estarte pasando, a que te juzguen y a no lograr suficientes alumnos a pesar de todo tu esfuerzo creando el curso.
Ayer precisamente me ocurrió a mí, que una persona que asistió a mi webinario gratuito, cuando anuncié por correo el precio de mi programa de mentoring para profesores online de idiomas (1497€ más IVA), me respondió y me dijo: «¿en serio? Wow». Y acto seguido se dio de baja de la lista, así que asumo que el wow no era positivo.
Entiendo de alguna manera y espero la sorpresa, porque cuando nunca antes has hecho un programa de mentoring, desconoces de qué estamos hablando: cuánto cuesta, en qué consiste, qué valor te va a aportar, si es algo serio o no. Desconoces que se trata de una inversión y no de un gasto y que su objetivo es impulsarte de una forma que solo o sola probablemente no lograrías en tan poco tiempo.
Yo misma tuve serias dificultades para ponerle precio a mi programa y en las primeras entrevistas casi pedía disculpas a los candidatos por cobrarles esa cantidad. Tras la cuarta entrevista me di cuenta de que esto no podía ser, de que yo misma tenía que estar convencida de mi precio (o cambiarlo, si no lo estaba).
El hecho es que yo estaba convencida del valor que voy a aportar y era consciente del trabajo que a mí me va a suponer, pero tenía prejuicios contra el dinero y temor a ser juzgada.
Así que, para alcanzar mi paz mental, en este caso lo que hice fue aterrizarlo trazando un paralelismo entre mi programa y lo que ganaría un profe de idiomas con 3 clases particulares a la semana a 20€/hora, durante 9 meses (que es lo que dura mi acompañamietno).
El resultado es que el profesor de idiomas ganaría más de 2000€.
Me dije a mí misma, además, que yo no voy a enseñar español, inglés o alemán, sino que voy a acompañar a los participantes para ayudarles a crear un negocio online tal y como yo misma lo he hecho, aportándoles mis 20 años de experiencia y de formación.
Es un programa con un potencial retorno de la inversión mucho más elevado que unas clases de idiomas como las mías de inglés y esto del ROI (return on investment) es uno de los elementos a tener en cuenta a la hora de decidir el importe de la matrícula de tu curso, taller o programa online.
Así me quedé tranquila y defendí mi precio en las siguientes entrevistas.
En fin, te cuento esto porque sé por experiencia que no es fácil ponerle precio a algo que tú creas. Y te lo digo después de haber creado y vendido múltiples cursos, presenciales y online.
Pero de algo estoy segura: tienes el deber de cobrar y bien por tu trabajo, o el sistema no será sostenible para ti y dejarás de ofrecer esa formación que solo tú puedes ofrecer con tu estilo, tu experiencia y tu personalidad propios.
Y los alumnos no se comprometerán. Porque algo de menor precio es percibido como algo de menor valor y es difícil comprometerse con algo que no valoramos.
El precio de mi programa de mentoring garantiza de alguna manera que solo se unan personas realmente comprometidas.
Es así de simple.
Bien, pues tras esta (larga) introducción voy a repasar muy brevemente algunos elementos o factores a tener en cuenta a la hora de ponerle precio a tu curso/taller/programa online.
¿Todo listo?
Factor 1: ¿Qué ofrece tu curso?
Tienes que sentarte y hacer un análisis de todo lo que tu curso incluye (que está en directa relación con el trabajo que tú has invertido o vas a invertir en crearlo).
Empieza pensando qué problema o necesidad resuelve y qué puede conseguir el alumno con tu curso.
Valora, por ejemplo:
- Cuántos módulos o lecciones contiene
- ¿Qué duración tiene?
- Qué acceso tendrán los alumnos a ti
- Si tienen acceso de por vida al curso o solo por un tiempo limitado
- Si hay una comunidad privada dentro del curso
- Qué extras o bonus ofreces
- ¿Hay garantía de devolución?
Factor 2: ¿Qué lugar ocupa tu curso en el esquema general de cursos que ofreces?
Es decir, ¿va a ser un taller introductorio que ofrece al alumno un aperitivo para entrar en contacto con tu materia? Esto es, un primer contacto contigo que además le permite conocer cómo trabajas y puede ser la puerta de entrada a que haga un curso de mayor envergadura contigo.
¿O es tu curso estrella, uno que está diseñado para ayudarles a lograr grandes resultados, uno que les enseña un oficio o profesión o que les puede permitir a los alumnos rentabilizar la inversión que han hecho en tu curso?
Factor 3: ¿Cuánto quieres ganar con ese curso?
Esto puede ser controvertido, pero es por lo menos un cálculo que te va a ayudar a tomar decisiones.
Ten en cuenta que si pones un precio bajito, vas a necesitar a un mayor número de alumnos que se inscriban para verle color a tu trabajo o para alcanzar tus objetivos económicos. Puede ser muy rentable si efectivamente tienes muchos alumnos y en esto suele ser bastante determinante el volumen de tu lista de seguidores o suscriptores (pero sobre esto hablaré otro día).
En cambio, un precio o matrícula más elevados te permiten trabajar con un número más reducido de alumnos y aún así obtener buenos resultados económicos.
Factor 4: Culpa vs rabia
Una vez que tienes claro lo que ofreces, el valor que aportas y tus números y has pensado en un importe, es el momento de consultarlo con tu estómago: ¿cómo te hace sentir ese precio? ¿Cuál es tu pálpito?
Gloria Méndez me aconsejó una vez lo siguiente: tienes que moverte en una horquilla entre la rabia y la culpa. Si el precio que has pensado te da rabia, es que es demasiado bajo; si te hace sentirte culpable, es demasiado alto.
Es importante sentirte bien con tu precio, sentir que es justo para ti, porque para mí de esto se trata con esto de tener tu propio negocio como profesor online (de idiomas, en nuestro caso): de hacer lo que te gusta y como a ti te gusta, conforme a tus valores y en tus propios términos.
¡Y aquí lo dejo por hoy! Hay otros factores relevantes a tener en cuenta, como si el curso lleva IVA o no, pero de esto hablaremos otro día.
Espero que algo de lo que hoy he repasado aquí brevemente te ayude a tomar decisiones en el futuro.
Como siempre, me encantará conocer tu opinión o saber cómo haces tú para fijar las tarifas o precios de tus clases o cursos online de idiomas, ¡te espero en los comentarios!
3 comentarios. Dejar nuevo
Lola, como profesional del sector del comercio internancional, me gustaría añadir que el valor del curso tb dependerá de la oferta disponible de nuestros competidores. Quiero decir con esto, que si el curso que ofrecemos es único, no puede valer lo mismo que si hay varios entidades ofreciendo cursos del mismo tema, no? Analizar la competncia , para mi , tb es un rasgo fundamental a tener en cuenta.
Lola,
Tus sugerencias son validas, pero yo no siento ni rabia ni culpa, no entran en mi catalogo de emociones, se muy bien que mi producto es excelente, solamente debo lidiar con la competencia y lograr imponerlo en mi total capacidad del uso de las herramientas online, me desempeno muy bien, por ser una generacion sexagenaria,autodidacta en informatica, he aprendido con el uso y asistiendo a webinars de la Universidad de Weyslan en Amsterdam, asistiendo a clases de Literatura en Ingles, comoo tambien de Arte
Gracias, Graciela. Me alegra leerte por aquí y aprendo de tu autoconfianza, ¡no es muy común!