El viernes pasado asistí a la I Jornada de Discapacidad Visual, Universidad y Accesibilidad, organizada por los miembros del Proyecto de Innovación Educativa “Integración de los alumnos con discapacidad visual en los estudios de Traducción e Interpretación” que dirige Tanagua Barceló. Me pareció muy interesante y fue, sin duda, una llamada de atención a mi conciencia como profesora y como empresaria dedicada a la formación. Fue abrir los ojos a otras realidades a las que generalmente damos, sin saberlo, la espalda. Es obvio que asistir a un evento de estas características debe servir para pensar, el reto es convertir ese pensamiento concienciado en acción.
En las jornadas, conocimos en primer lugar a Marina, alumna de Traducción e Interpretación en la UMA durante el curso pasado y en quinto curso de canto en el Conservatorio. A causa de un glaucoma, Marina fue perdiendo gradualmente la visión y actualmente sólo percibe la luz. Ella nos expuso su historia: una chica que siempre ha estudiado en centros públicos y no en centros específicos como el de Sevilla. Posteriormente me enteraría que precisamente ésta es la apuesta de la ONCE, la educación pública integrada, en vez de centros específicos donde el alumno ha de vivir alejado de su familia al no haber centros en todas las ciudades. Ella nos decía: he recibido la misma educación que cualquier otro alumno. Sin embargo, inicialmente en su primer colegio se negaban a admitirla como alumna, dada su inexperiencia con alumnos ciegos. En el instituto en cambio no tuvo ningún problema, gracias al apoyo docente, destacó ella, y así terminó estos estudios con matrícula de honor y un 12 en selectividad.
Cuando empezó los estudios en la UMA contactó con el Servicio de Atención al Alumno con Discapacidad y también con la ONCE para solicitar un orientador de movilidad. Éste le hizo un plano en relieve de la universidad y la acompañó varias veces al campus para que ella aprendiera a manejarse. De su experiencia en la UMA y de la accesibilidad de ésta, nos contó varios detalles interesantes de los que se pueden extraer importantes enseñanzas: todos los apuntes de la carrera están ahora en un campus virtual y éste no es accesible. Nos contaba también las dificultades de acceso a la facultad, por su distribución en las distintas torres y la ausencia de indicaciones para personas ciegas. Marina nos hablaba de las múltiples webs que no son accesibles y de la importancia para las personas ciegas de tener los apuntes en Word o en pdf, que es lo más fácil para ellas. Un programa denominado Jaws les lee todo lo que esté en la pantalla del ordenador. Contó que muchos profesores le mandaban los apuntes antes de la clase para que pudiera ir más preparada. Nos contó también la experiencia de tener una alumna de apoyo: una alumna le ayudaría pasándole los apuntes, dándole soporte informático, etc, a cambio de percibir una beca por esta labor.
Pero Marina lo tiene claro: quiere ser tratada como una persona más. Ha vivido barreras arquitectónicas y humanas, pero también le han querido disminuir su carga lectiva para darle un trato privilegiado, cosa que ella no ha aceptado nunca. Marina pide entrar en un lugar en igualdad de condiciones. Y para igualar condiciones es preciso necesariamente prestarle cierta ayuda. Su principal petición: que no tengamos miedo de acercarnos a una persona discapacitada, que se les trate con naturalidad. Es cierto que la mayoría no hemos tenido la oportunidad de convivir con personas con discapacidad y muchas veces no sabemos cómo actuar.
Como veis, la historia de Marina no necesita más explicación. Habla por sí sola. Conocimos también las historias de Marcelo y Daniela, y la labor de Ricardo en la ONCE, además de recibir una lección de tiflotecnología (tecnología específica para discapacitados visuales) de manos de Manuela, también de la ONCE. Estas historias e información quedan para sucesivas entradas del blog. Pues no quiero que este despertar a esta realidad caiga en saco roto y la concienciación se haga real a través de pequeños pasos poco a poco. Ahora estoy pensando por ejemplo en hacer nuestra web más accesible, algo para lo cual también se puede contactar con la ONCE para recibir orientación.